Para poder
realizar un tiro seguro y preciso desde una cobertura, debemos dominar el cambio
de mano y el tiro con la mano derecha y con la mano izquierda. De esta forma,
podremos disparar exponiendo la mínima parte de nuestro cuerpo.
Para ello es necesario olvidar las técnicas arcaicas que mantenían la
existencia de un “ojo director”. Los dos ojos deben ser capaces de poder
apuntar de una forma precisa cuando el lado desde el que se dispara obliga a
utilizar el ojo derecho o el izquierdo.
Así mismo son particularmente inútiles y
peligrosas las técnicas en las que se ladea el arma para disparar desde la
cobertura, ya que provoca una imprecisión, sobretodo en los segundos disparos y
expone mucha más superficie corporal.